miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Vale la pena sacrificar la seguridad por la felicidad? ....................................................... ¿Sabes? He visto mucha gente cerca de mi en los últimos días, personas que tienen que elegir entre el confort, entre el “pan duro pero seguro” y entre atreverse a buscar sus sueños. Entre arriesgarse y buscar la posibilidad de encontrar algo mejor. Yo me incluyo entre esas personas que alguna vez en su vida han elegido el pan duro pero seguro, antes de intentar arriesgarse en caminos no asfaltados, en selvas desconocidas. Y hay momentos en que la vida te escupe, que te aleja salvajemente del camino seguro y sin emociones que habías tomado y te obliga a que vayas por tus sueños. Es cuando de repente te despiden de un trabajo, cuando tú te esforzaste en dar lo mejor de ti, pero a tus jefes no se los pareció e increíblemente, te das cuenta que te espera un mejor trabajo o una emocionante aventura de negocios. Es cuando yo agradezco a Dios que, en su infinita sabiduría, no me deje lograr siempre lo que me propongo. Viendo mi vida en retrospectiva, no lograr lo que anhelaba, a resultado en que tome caminos que me han dado enorme satisfacción y felicidad, que de otra forma no hubiera tomado. Bueno, yo creo que saber si estás haciendo lo correcto con tu vida o no es muy simple: ¿En tu actual vida eres feliz o no? yo se que siempre el asunto económico es algo que preocupa... pero ¿De que te sirve la seguridad económica si no eres feliz?¿Si no puedes ir a la cama cada noche, con el corazón feliz y el alma tranquila? ¿Esperas con ansias el día siguiente o no? Si la mayoría de las respuestas no son positivas, necesitas hacer un cambio en tu vida, y yo creo que vas en el camino correcto si deseas intentar algo nuevo. Pienso que la incertidumbre es la sal y la emoción de la vida... la posibilidad de no lograr lo que te propones, hace una tensión rica, que hace que te motives y te esfuerces al máximo ¡y vivas feliz y emocionado día a día! Yo siempre creo que es una bendición no lograr siempre lo que quieres, porque tal parece que el destino te obliga a buscar otros caminos, en los que tienes mayores recompensas, caminos que de otra forma no hubieras tomado. La necesidad y la insatisfacción son los móviles que hacen que hagas cosas diferentes... para que para tu sorpresa ... ¡te des cuenta de que era lo mejor! Por experiencia es lo que me ha pasado, y ahora considero una bendición los fracasos y los momentos difíciles que pasé. Porque me llevaron a caminos diferentes que me han hecho conocer cosas nuevas y me han hecho muy feliz. ¡¡¡Mucha suerte!!! Y si te sucede lo que ahora te está sucediendo... es porque te viene algo prometedor y el universo te está obligando a que vayas a un nuevo camino de aventuras y felicidad. Sinceramente... ¿Tu crees que vas a estar peor de lo que estás ahora? Yo no lo creo. Y ya en meses me estarás contando que no tenías nada que temer, que te esta yendo de maravilla, y que no entendiste porque tanta preocupación. Estoy seguro que eso va pasar y si no guarda este artículo y velo dentro de unos meses. ¡¡Hasta la próxima!! Edgar

martes, 25 de septiembre de 2012

ESCONDIDA Escondida entre la oscura noche, me senté a llorarle al cielo. Mis ojos fijos arden en rabia y desilusión, mientras miro ese espacio donde limita las luces de la ciudad con la oscuridad serena del cielo desierto. ¿Qué hice tan mal?, me siento miserable al darme cuenta que no tengo quien escuche todas mis lamentaciones sin criticarme. Me descubro sollozando y preguntando ¿adonde pertenezco Dios? Mis sentimientos son fuertes y puros e inmensamente grandes, ¿pero de que me sirve todo esto, si para esta sociedad sigo siendo insignificante?, quiero vivir de esto para ayudar a los demás a soñar, a creer que el mundo puede cambiar, pero pensar de esta forma solo me trae criticas ajenas sobre mi persona. Tengo tanto miedo a fracasar, pero no quiero ser otra sometida más al maldito dinero por no haber intentado luchar por estos sueños. Me siento tan sola en esto Dios… Si pudiera hablar lo que pienso y siento no tendría la necesidad de escribir, no sería la miedosa que se esconde en su pieza sin salir por miedo a vivir la realidad, a conocer gente nueva y a socializar. Te juro que quiero abrirme al mundo, quiero dejar de sentirme rechazada por mis pares por ser distinta, tengo tanto miedo a que se burlen de mi cursilería…que ya no me atrevo ni a demostrar mis sentimientos. ¿Qué culpa estoy pagando? Ni siquiera recuerdo con rencor a alguien que me haya lastimado, amo a mis prójimos sin ni siquiera conocerlos, quisiera ayudar aquellos que están amargados, entregándoles amor cálido y sincero, decirle a las personas que conforman este mundo que no sientan miedo de desnudar el alma, que todos queremos ser amados y aceptados, ¡basta de las caretas y autodefensas!, Seamos lo suficientemente humildes para aceptarnos y tendernos la mano…o acaso ¿es malo pensar como pienso?, en verdad ¿estoy loca? ¡Todos somos iguales!, hasta cuando por la mierda, ¿hasta cuando? El dinero no nos hace mas ni menos personas. Las clases sociales son solo etiquetas que nos dividen de nuestros semejantes y nos reprime el poder conocer distintas vivencias... Pero, ¿que le importa esto a los demás? Y si les importa, ¿por qué no rompen el silencio? Estoy tan triste papá… ¿y a quien le importo esta noche, más que a ti?, ¿dime si al menos alguien me recuerda o se pregunta por mi?, mejor no digas nada papá, yo se que ni me extrañan, pero estoy conforme porque se que tu me amas, y estarás siempre a mi lado vaya donde vaya, sin criticarme, sin minorizarme por ser como soy una pensadora errante, quizás una sombra filosófica, pero ante ti me rindo, te entrego mi corazón para que lo cuides, lo abrigues y lo alimentes con tu amor. ¡Sáname te lo suplico!, si me hiciste tan distinta, al menos dame una señal de lo que debo hacer, y yo te seguiré, ¡pero no me dejes así!, o es que ¿no notas como mi alma se deshace de tanta pena? Perdóname por reclamarte tanto, te agradezco infinitamente el que me hayas escuchado… Aunque ahora me encerraré en mi pieza, tan solo para llorar en tus brazos mientras me arrullas con ternura. Te quiero mucho papá, y que esta ultima lágrima que resbale de mis ojos cerrados sea la hora en que mi alma se encomiende a ti para deambular por los sueños y lugares desconocidos por los cuales me llevarás mientras mi cuerpo cansado reposa entre las blancas sabanas.