miércoles, 7 de noviembre de 2007

¡ CONÉCTATE A LA VIDA ! Reflexión

Conéctate a la vida!
Hoy quiero hacerte una pregunta en particular,
¿amas la vida, mejor dicho, amas tu vida?... ¿si?, ¡¡perfecto!!
Pues bien, como buenos amantes de la vida que somos
te hago ésta pregunta de una forma personal.
Por favor, te pido que al momento de que la leas, pienses un poco,
medites y la contestes de una forma personal, ¿vale?
Cuando tu amas a un ser humano, ya sea a tu esposa,
a tu novia, a tus padres, a tus hijos el amor que se da,
que se trasmite es uno único ¿no?
es tan fuerte que crea una gran conexión con el ser amado
¿cierto? Bueno, si amas la vida, quiero preguntarte,
¿Estás realmente conectado con ella.....? mmm, ¿si?... ¿lo estás?
Desde que salimos del vientre materno y
respiramos por primera vez se considera que estamos vivos,
pero... ¿Realmente lo estamos?
Somos seres vivos dotados de voluntad,
libre albedrío y conciencia, pero,
¿Estamos conscientes de nosotros mismos?
Las anteriores preguntas pudieran parecer triviales,
hasta que consideramos la importancia de las actitudes en la vida, te explico.
En la vida la actitud define los desenlaces,
y una vida que se emprende consciente de estar vivos y
con la conciencia de formar parte de un universo en armonía,
facilita adoptar una actitud de vivir sanamente a plenitud.
Pero, y si es tan sencillo,
¿Por qué no siempre se logra?
Precisamente porque es tan sencillo, podemos algunas veces
confundir lo que consideramos es "estar vivos". Si mira... ven, léeme, te explico.
Vivir es disfrutar, sonreír y amar.
Disfrutar del simple hecho de estar vivos,
sonreírle a la vida cada vez que vemos salir el Sol,
escuchamos trinar un pájaro y amar nuestra esencia
al verla reflejada en nuestros semejantes.
Se trata de tomar conciencia no sólo de la chispa de vida que existe dentro de nosotros, pero también de la fuente de vida que nos alimenta con cada respiración. Si tu supieras los sucesos, el mecanismo, la gran obra y tarea que se lleva acabo en tu cuerpo cada que tu das un respiro, la cantidad de sangre que bombea tu corazón para que puedas vivir...
Asumir actitudes como esa, permite la existencia de la espontaneidad en nuestras vidas, y a través de ella conectarnos con el fluir de la vida para permitir que maravillas se manifiesten en nuestras vidas.
Para lograr todo esto es suficiente con amar la vida, el detalle está en que algunas personas, por diferentes razones, pueden sentir temor a vivir.
Y al conectarse con este sentimiento hacia la vida, lejos de conectarse con la abundancia, la rechazan, y por supuesto, lo que se manifiesta en sus vidas no es precisamente lo que deseaban.
Tal vez te preguntes ¿Cómo puede alguien temer a disfrutar de la alegría de vivir?, la respuesta es muy sencilla, y la causa podría ubicarse en experiencias vividas en la niñez.
Ser espontáneos y fluir es natural para los niños.
Los niños son un vivo ejemplo de lo que es "estar vivos".
Son totalmente naturales, están integrados con la naturaleza, al punto de sentirse uno con el viento (¿has visto a un niño girar con sus brazos abiertos levantando la vista al cielo?), responden el palpitar de la vida dentro de si mismos y el ambiente que les rodea sin pensar, simplemente actúan.
Son vivos ejemplos de la coherencia con la que todo ser humano nace.
Nuestra percepción de lo que somos está relacionada a los estímulos que perciben nuestros sentidos. La manera como los interpretamos. Nuestros sentimientos y emociones. Nuestras intenciones (lo que queremos o deseamos). Y nuestras acciones o comportamiento.
Amigos, lo anterior es siempre parte de nosotros, el detalle está en permanecer conscientes de ello.
Estar conscientes de nosotros mismos, requiere estar conscientes tanto de lo que sucede en nuestro interior como de lo que sucede en el exterior simultáneamente.
Tal vez parezca complicado, pero con sólo un poco de práctica desarrollaremos el hábito de permanecer alertas automáticamente, y cosecharemos los beneficios que incluyen:
-Aumento de la conciencia de quienes somos.
-Aumento de las opciones que tenemos para expresarnos.
-Más oportunidades de compartir con los demás desde lo que somos.
-Aumento de la congruencia en la comunicación.
-Aumento de la autoestima y confianza en nosotros mismos, una clave esencial para nuestro desarrollo como seres vivos.
Y por si fuera poco, ahí te va una pero si bien buena,
CONEXIÓN DIRECTA CON LA FUENTE DE VIDA QUE BROTA DENTRO DE TI Y LA SEGURIDAD SUFICIENTE PARA PERMITIRTE EXPRESAR PLENAMENTE.
Las alas no crecen en las orugas, sólo cuando se arriesgan a encerrarse en un capullo pueden transformarse en una maravillosa mariposa para poder volar libremente.
Al poner en práctica lo anterior podemos asumir la aventura de entrar en el capullo de nuestro ser interior para recuperar las alas que son nuestras por derecho de nacimiento.
¿Ya tienes tu plan de vuelo?

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